Abram

"Pero Dios había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
  Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
  Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra."   Génesis 12.1-3

  Cuando Dios lo llamó, Abram se trasladó, por fe, de Ur a Harán, y finalmente a Canaán. Entonces Dios estableció un pacto con Abram, y le dijo que sería el fundador de una gran nación. Y no sólo esta gran nación sería bendecida, dijo Dios, sino también las demás naciones del mundo, serían bendecidas, a través de los descendientes de Abram. Israel, la nación que saldría de Abram, debía ser un pueblo que siguiera a Dios, e influyera en los pueblos con los que tuviera contacto. De la descendencia de Abram nació Jesucristo, para salvar a la humanidad. Por medio de Cristo, todas las personas pueden tener una relación personal con Dios, y recibir la Vida Eterna.