"Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él." Génesis 4.7
Para que Caín dominase el pecado, que acechaba a la entrada de sus deseos, hubiese sido necesario que cediese a su ira celosa. Así, el pecado, no hubiera encontrado asidero en su vida.
El pecado sigue agazapado ante nuestras puertas hoy en día. Al igual que Caín, seremos víctimas de él, si no lo dominamos. Pero, no nos es posible hacerlo con nuestra propia fuerza. Dios está dispuesto a ayudarnos. Sólo Él puede hacerlo. El pedirle ayuda, para hacer lo que es correcto, evitará que hagamos cosas de las que más tarde nos lamentaremos.
Para que Caín dominase el pecado, que acechaba a la entrada de sus deseos, hubiese sido necesario que cediese a su ira celosa. Así, el pecado, no hubiera encontrado asidero en su vida.
El pecado sigue agazapado ante nuestras puertas hoy en día. Al igual que Caín, seremos víctimas de él, si no lo dominamos. Pero, no nos es posible hacerlo con nuestra propia fuerza. Dios está dispuesto a ayudarnos. Sólo Él puede hacerlo. El pedirle ayuda, para hacer lo que es correcto, evitará que hagamos cosas de las que más tarde nos lamentaremos.