La obediencia de Abram

"Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición."   Génesis 12.2

  Dios prometió bendecir a Abram, y hacerlo grande. Pero, había una condición: Abram tenía que obedecer a Dios. Tendría que dejar su hogar y sus amigos, y viajar a una tierra nueva, donde Dios le prometió que construiría una gran nación, a partir de la familia que le daría. El "vete ... de tu parentela" constituyó  una difícil prueba para la fe de Abram, que era llamado a abandonar todo lo que amaba, por una tierra que no conocía. Pero, Abram obedeció, dejando su casa, por la promesa de Dios, de bendiciones mucho más grandes, en el futuro.
  Quizás Dios, está tratando de guiarlo, a un lugar, donde usted pueda serle más útil, y servirle mejor. No deje que la comodidad, y la seguridad de su posición actual, le hagan perder el plan que Dios tiene para su vida. Recuerde que la obediencia de Abram fue de gloriosa bendición para la humanidad, pues a través de su descendiente, Jesucristo, fueron "benditas todas las familias de la tierra."