"Y creyó (Abram) a Dios, y le fue contado por justicia." Génesis 15.6
"Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." Efesios 2.8-9
Aún cuando Abram había demostrado su fe a través de sus acciones, fue la fe, y no las acciones, lo que hizo a Abram justo ante Dios.
Nuestras acciones exteriores (asistir a la iglesia, orar, realizar buenas obras) no nos harán, por sí mismas, justos ante Dios. Nos agradaría presentarnos ante Él con nuestros méritos, nuestras habilidades, nuestras buenas acciones, para ser justificados. Pero la salvación es un regalo de Dios, al que sólo podemos acceder por medio de la fe en Cristo, que pagó un alto precio para que seamos salvos. Para que quede claro que no es por nuestro esfuerzo, sino por la gracia (misericordia) de Dios que somos considerados justos. Lo que debe traer, de nuestra parte, una actitud permanente de agradecimiento, que nos moverá a hacer las buenas obras que tiene preparadas para que realicemos. De manera que éstas, sean la consecuencia de haber comprendido todo lo que Él ha hecho por nosotros, por amor (padeció y dio su vida en la Cruz del Calvario). Y respondamos también con amor, llevando a cabo "las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." Efesios 2.10
"Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." Efesios 2.8-9
Aún cuando Abram había demostrado su fe a través de sus acciones, fue la fe, y no las acciones, lo que hizo a Abram justo ante Dios.
Nuestras acciones exteriores (asistir a la iglesia, orar, realizar buenas obras) no nos harán, por sí mismas, justos ante Dios. Nos agradaría presentarnos ante Él con nuestros méritos, nuestras habilidades, nuestras buenas acciones, para ser justificados. Pero la salvación es un regalo de Dios, al que sólo podemos acceder por medio de la fe en Cristo, que pagó un alto precio para que seamos salvos. Para que quede claro que no es por nuestro esfuerzo, sino por la gracia (misericordia) de Dios que somos considerados justos. Lo que debe traer, de nuestra parte, una actitud permanente de agradecimiento, que nos moverá a hacer las buenas obras que tiene preparadas para que realicemos. De manera que éstas, sean la consecuencia de haber comprendido todo lo que Él ha hecho por nosotros, por amor (padeció y dio su vida en la Cruz del Calvario). Y respondamos también con amor, llevando a cabo "las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." Efesios 2.10