"Y tuvo (Isaac) hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los
filisteos le tuvieron envidia. Y todos los pozos que habían abierto los
criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían
cegado y llenado de tierra. Entonces dijo Abimelec (rey de los
filisteos) a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que
nosotros te has hecho. E Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de
Gerar, y habitó allí. Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que
habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos
habían cegado ... Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y
hallaron allí un pozo de aguas vivas, los pastores de Gerar riñeron con
los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra ...Y abrieron otro
pozo (los siervos de Isaac), y también riñeron sobre él; ... Y se apartó
de allí (Isaac), y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él ... , y dijo:
Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra. Y
de allí subió a Beerseba. Y se le apareció Jehová ... y le dijo: Yo soy
el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y yo te
bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi
siervo. Y edificó (Isaac) allí un altar, e invocó el nombre de Jehová, y
plantó allí su tienda; y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo. Y
Abimelec vino a él desde Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán
de su ejército. Y les dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me
habéis aborrecido, y me echasteis de entre vosotros? Y ellos
respondieron: Hemos visto que Jehová está contigo; y dijimos: Haya ahora
juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y haremos pacto contigo,
que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como
solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz; tú eres ahora
bendito de Jehová. Entonces él (Isaac) les hizo banquete, y comieron y
bebieron. Y se levantaron de madrugada, y juraron el uno al otro; e
Isaac los despidió, ellos se despidieron de él en paz. En aquel día
sucedió que vinieron los criados de Isaac, y le dieron nuevas acerca del
pozo que habían abierto, y le dijeron: Hemos hallado agua." Génesis
26.14-32
"Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios." Mateo 5.9
La región de Gerar era un sitio desolado a orillas del desierto. El agua era tan valiosa como el oro. Tapar el pozo de alguien era declararle la guerra, constituía uno de los delitos más graves en la región. Isaac tenía todo el derecho a declarar la guerra, cuando los filisteos arruinaron sus pozos. Aun así decidió no pelear. En tres ocasiones Isaac y sus hombres cavaron nuevos pozos. Cuando surgieron las primeras dos disputas, Isaac se mudó. Finalmente, Dios premió la paciencia de Isaac y hubo suficiente territorio para todos.
En vez de comenzar un gran conflicto, Isaac optó por la paz. ¿Estaríamos dispuestos a renunciar a un puesto importante o a una pertenencia valiosa para mantener la paz? Pidamos a Dios sabiduría para mantener la calma y saber cuándo debemos retirarnos. Cuando sus enemigos quisieron la paz, Isaac respondió rápidamente y convirtió la ocasión en una gran celebración. Tenemos que ser igual de receptivos con quienes quieran hacer las paces con nosotros, a fin de mostrarles el amor de Dios.
El relato nos enseña que Dios permite, en ocasiones, que sus hijos sufran pérdidas, para darles luego algo mejor, y para que se destaque su carácter entre los que lo rodean.
"Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios." Mateo 5.9
La región de Gerar era un sitio desolado a orillas del desierto. El agua era tan valiosa como el oro. Tapar el pozo de alguien era declararle la guerra, constituía uno de los delitos más graves en la región. Isaac tenía todo el derecho a declarar la guerra, cuando los filisteos arruinaron sus pozos. Aun así decidió no pelear. En tres ocasiones Isaac y sus hombres cavaron nuevos pozos. Cuando surgieron las primeras dos disputas, Isaac se mudó. Finalmente, Dios premió la paciencia de Isaac y hubo suficiente territorio para todos.
En vez de comenzar un gran conflicto, Isaac optó por la paz. ¿Estaríamos dispuestos a renunciar a un puesto importante o a una pertenencia valiosa para mantener la paz? Pidamos a Dios sabiduría para mantener la calma y saber cuándo debemos retirarnos. Cuando sus enemigos quisieron la paz, Isaac respondió rápidamente y convirtió la ocasión en una gran celebración. Tenemos que ser igual de receptivos con quienes quieran hacer las paces con nosotros, a fin de mostrarles el amor de Dios.
El relato nos enseña que Dios permite, en ocasiones, que sus hijos sufran pérdidas, para darles luego algo mejor, y para que se destaque su carácter entre los que lo rodean.