Pidamos siempre la guía a Dios

26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?
27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.
28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
29 Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y rasgó sus vestidos.
30 Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no parece; y yo, ¿adónde iré yo?
31 Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre;
32 y enviaron la túnica de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado; reconoce ahora si es la túnica de tu hijo, o no.
33 Y él la reconoció, y dijo: La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado.
34 Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días.
35 Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. Y lo lloró su padre.
36 Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia."  Génesis.37.26-36


  Los hermanos temían que se los culpara por la muerte de José. Para nada sentían misericordia por su hermano, ni tampoco por el padre, que moriría de pena al enterarse de la muerte de su hijo. Judá sugirió, entonces, una alternativa (venderlo a unos mercaderes como esclavo). Esto no era correcto, pero los libraría en caso de que se los acusara. Algunas veces optamos por una salida "menos mala", pero de todos modos: incorrecta. Frente a la propuesta de una solución, aparentemente viable, pensemos antes de aceptar: ¿Es lo correcto?
  Aun cuando los hermanos de José no lo mataron, pensaban que no sobreviviría mucho tiempo como esclavo. Estaban muy dispuestos a que aquellos crueles traficantes de esclavos, cometieran la maldad que ellos habían decidido en sus corazones. José tendría que enfrentarse a un largo viaje, de unos treinta días, a través del desierto, probablemente encadenado y a pie. Lo tratarían como equipaje, y una vez en Egipto lo venderían como una mercancía. Sus hermanos pensaron que nunca lo volverían a ver.
  Rubén regresó al pozo a buscar a José. Y su primera reacción, al no verlo, fue: "¿Qué será de mí?", en lugar de : ¿Qué le sucederá a José? Cuando nos encontramos en una situación difícil: ¿nos preocupamos primero por nosotros mismos? Eso es egoísmo puro. El Señor nos manda considerar a la persona que se ve más afectada por el problema, en primer lugar, por supuesto. Pensando de esta manera Él nos ayudará a salir de la situación de la forma más efectiva.
  Gracias a Dios, Él tenía el timón de la vida de José. Y lo que en este momento fue un hecho lamentable, que llevó mucha amargura al corazón de José, y también al de su padre Jacob, con los años, el Señor lo transformó en una fabulosa bendición. De la cual se vieron también beneficiados sus malvados hermanos, que por esos tiempos estaban profundamente arrepentidos de lo que habían hecho.