Dispongamos nuestro corazón para servirle con amor

Reflexión sobre Éxodo 3:
  Dios le ordenó a Moisés quitarse sus sandalias. Hacerlo era un acto de reverencia, que expresaba su propia indignidad ante Dios. El Señor es nuestro amigo, pero fundamentalmente: es nuestro Señor Soberano. Acercarse a Él, de una manera frívola, muestra falta de respeto y de sinceridad. ¿Cuando vamos a Dios en adoración, nos acercamos descuidadamente, o venimos ante Él con todo el amor, la reverencia, y el respeto que le corresponden? A veces, debemos cambiar la actitud, de modo que sea la adecuada, cuando nos acercamos al Dios Santo.
  Moisés se excusó, porque se sentía incapaz, para la tarea que Dios le estaba encomendando. Era natural que se sintiera así. Sí, sería incapaz, si actuaba por sí solo. Pero, Dios no le estaba pidiendo a Moisés que trabajara en soledad. Le ofreció otros medios para ayudarlo (fundamentalmente su Presencia, que no lo abandonaría; Aarón, su hermano, que lo acompañaría y sería su vocero; y el don especial de hacer milagros, con el que lo iba a dotar). Dios nos llama, con frecuencia, para que realicemos tareas que parecen demasiado difíciles, pero no nos pide que las hagamos solos. Él nos ofrece sus recursos, al igual que lo hizo con Moisés. No debemos ocultarnos detrás de nuestras deficiencias, sino mirar más allá de nosotros mismos. Veremos las grandes provisiones disponibles. Esto debe animarnos a brindar nuestros humildes aportes, con todo nuestro corazón. Teniendo la certeza, que de lo poco, ofrecido con fe, Dios puede hacer cosas maravillosas.
  
Texto bíblico:
  "Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.
Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.
Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias,
y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.
10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
12 Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.
13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.
16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;
17 y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.
18 Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios.
19 Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte.
20 Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.
21 Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías;
22 sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto."  Éxodo 3