El Señor tiene pensamientos de paz para nosotros

  Reflexión sobre Éxodo 8.16-32:
     Algunas personas piensan: ¡Si sólo pudiera ver un milagro, podría creer en Dios! El Señor le dio esa oportunidad a Faraón. Cuando los piojos infestaron (invadieron) a Egipto, hasta los magos estuvieron de acuerdo en que era obra de Dios ("dedo de Dios"), pero Faraón se negó a creer. Era terco, y la necedad puede cegar a una persona ante la verdad. Deshagámonos de la terquedad, y nos sorprenderemos de las abundantes evidencias de la mano de Dios en nuestras vidas.
     Faraón quería un compromiso. Les permitiría a los hebreos sacrificar, siempre y cuando no se alejaran. Pero, la condición de Dios era precisa. Los hebreos tenían que salir de Egipto. En algunas ocasiones, otros querrán comprometerse en forma parcial, con los mandamientos que Dios da a los creyentes. Pero, el compromiso y la obediencia a Dios no son negociables. Cuando se tiene que obedecer al Señor, la mitad de la obediencia no servirá de nada.
     Los israelitas, sacrificarían animales, que eran considerados como "santos" para los egipcios.  Y esto sería ofensivo para ellos. Moisés estaba preocupado por una posible reacción violenta por parte de los egipcios, cuando sacrificaran estos animales cerca de Egipto. Todo lo que Dios nos ordena es para nuestro bien. No dudemos. Y pongamos manos a la obra para obedecer, Él siempre está pronto para ayudarnos en todo aquello que, para nosotros, sea imposible. Alabado sea su nombre!!!
"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis."  Jeremías 29.11


 Texto bíblico:
   "Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto.
17 Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.
18 Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias.
19 Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
20 Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén.
22 Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra.
23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.
24 Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.
25 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra.
26 Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían?
27 Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá.
28 Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí.
29 Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová.
30 Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová.
31 Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una.
32 Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo."