Yo sé que mi Redentor vive

 Reflexión sobre Éxodo 5:
    Con valentía, Moisés y Aarón se presentaron en la sala de audiencia de Faraón, y le comunicaron la demanda de Dios. 
   ¿Por qué exigió Dios de Faraón solamente el permiso de que su pueblo fuera al desierto para celebrar fiesta por tres días, cuando pensaba sacarlos definitivamente de Egipto? Dios probó al rey con una petición pequeña, sabiendo de antemano la dureza de su corazón. Faraón contestó con arrogancia: "Quien es Jehová para que yo oiga su voz?" Los faraones eran vistos como hijos de Ra, el dios solar de Egipto, de manera que Faraón se consideraba a sí mismo un dios. No tardó en comunicar a Moisés y a Áarón que no le inspiraban respeto ninguno ni ellos ni Jehová. Se burló  diciendo que la única razón por la que deseaban celebrar la fiesta, era por estar demasiado ociosos. E hizo, a partir de ese momento, más gravoso el trabajo de los hebreos, negándoles la paja necesaria para hacer ladrillos (que a partir de ahí tuvieron que conseguirla ellos mismos, además de mantener la producción de ladrillos como hasta entonces). 
   La acción de Faraón no solamente dejó a los israelitas más deseosos de salir de Egipto, sino que también, los ayudó a darse cuenta de que sólo el poder de Dios podía liberarlos. 
   Con frecuencia, cuando el Señor comienza a liberar al hombre del pecado, el efecto inmediato es el aumento de dificultades, pues Sanatás no se da por vencido sin luchar tenazmente. ¿Qué debemos hacer entonces? Nunca revelarnos contra Dios alegando injusticia ni recordándole que se lo habíamos advertido (que somos débiles, que no estamos capacitados para la tarea). Debemos volvernos al Señor, presentarle nuestras frustraciones y esperar su respuesta. Como lo hizo con Moisés, Él no tardará en recordarnos su promesa de victoria, nos infundirá una poderosa esperanza y nos asegurará que está a nuestro lado como Poderoso Gigante para ayudarnos hasta el final. "Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción; ..." Job 22.23  "Yo sé que mi Redentor vive, ..." Job 19.25

 Texto bíblico:
 "Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.
Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.
Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora, camino de tres días por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada.
Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su trabajo? Volved a vuestras tareas.
Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas.
Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo:
De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja.
Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.
Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas.
10 Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus capataces, hablaron al pueblo, diciendo: Así ha dicho Faraón: Yo no os doy paja.
11 Id vosotros y recoged la paja donde la halléis; pero nada se disminuirá de vuestra tarea.
12 Entonces el pueblo se esparció por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja.
13 Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea de cada día en su día, como cuando se os daba paja.
14 Y azotaban a los capataces de los hijos de Israel que los cuadrilleros de Faraón habían puesto sobre ellos, diciendo: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni ayer ni hoy, como antes?
15 Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Faraón y se quejaron a él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos?
16 No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y el pueblo tuyo es el culpable.
17 Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehová.
18 Id pues, ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de entregar la misma tarea de ladrillo.
19 Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción, al decírseles: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día.
20 Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban a la vista de ellos cuando salían de la presencia de Faraón,
21 les dijeron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; pues nos habéis hecho abominables delante de Faraón y de sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten.
22 Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?
23 Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.Éxodo 5