Alabemos al Señor con himnos y cánticos espirituales

Reflexión sobre Éxodo 15.1-21 
    La música ocupaba un lugar importante en la adoración y celebración del pueblo de Israel. El canto era una expresión de amor y agradecimiento, y una manera creativa de transmitir las tradiciones orales. Algunos dicen que este cántico de Moisés, es el registro más antiguo que existe de una canción, en todo el mundo. Es un poema épico festivo, que celebra la victoria de Dios, y levanta los corazones y las voces del pueblo, por dentro y por fuera. ¡Después de haber sido liberados de gran peligro (morir bajo la espada de los egipcios, o debajo de las aguas del mar), cantaron con gran gozo!
   María fue llamada profetiza no sólo porque recibió la revelación de Dios (Números 12.1-2; Miqueas 6.4) sino también por su habilidad musical. La música y la profesía están íntimamente relacionadas en las Escrituras ("... , para que profetizasen con arpas, salterios y címbalos; ..."   1 Crónica 25.1
   El adorar a Dios, por medio de la entonación de salmos, himnos y cánticos espirituales, son formas extraordinarias, que nos ayudan a experimentar consuelo, adoración y agradecimiento, cuando hemos estado en pruebas, y en todo momento.
 "Cantad a Jehová cántico nuevo; Cantad a Jehová, toda la tierra.Cantad a Jehová, bendecid su nombre; Anunciad de día en día su salvación."  Salmos 96.1-2
"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales."  Colosenses 3.16

 Texto bíblico:
  "Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron:
   Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente;
   Ha echado en el mar al caballo y al jinete.

Jehová es mi fortaleza y mi cántico,
Y ha sido mi salvación.
Este es mi Dios, y lo alabaré;
Dios de mi padre, y lo enalteceré.

Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre.
Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército;
Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo.
Los abismos los cubrieron;
Descendieron a las profundidades como piedra.
Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo.
Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti.
Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca.
Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas;
Se juntaron las corrientes como en un montón;
Los abismos se cuajaron en medio del mar.
El enemigo dijo:
Perseguiré, apresaré, repartiré despojos;
Mi alma se saciará de ellos;
Sacaré mi espada, los destruirá mi mano.
10 Soplaste con tu viento; los cubrió el mar;
Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.
11 ¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?
12 Extendiste tu diestra;
La tierra los tragó.
13 Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste;
Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.
14 Lo oirán los pueblos, y temblarán;
Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos.
15 Entonces los caudillos de Edom se turbarán;
A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor;
Se acobardarán todos los moradores de Canaán.
16 Caiga sobre ellos temblor y espanto;
A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra;
Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
17 Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad,
En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová,
En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado.
18 Jehová reinará eternamente y para siempre. 19 Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar.
20 Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.
21 Y María les respondía:
    Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido;
    Ha echado en el mar al caballo y al jinete."  
Éxodo 15.1-21