El Señor está siempre con nosotros

Reflexión sobre Éxodo 14.1-12:
    Atrapados contra el mar, los israelitas vieron al ejército egipcio que venía contra ellos, para matarlos. Entonces, pensaron que estaban irremediablemente perdidos. Después de haber visto la poderosa mano de Dios librándolos de Egipto, su única respuesta fue el temor, los gemidos y la desesperación. ¿Dónde estaba su confianza en el Señor? Israel tuvo que aprender, después de repetidas experiencias, que Dios estaba junto a ellos, para ayudarlos. El Señor ha preservado estos ejemplos en las Escrituras, para que aprendamos a confiar en Él, desde la primera vez. Si analizamos la fidelidad de Dios en el pasado, podremos evitar el miedo y las quejas cuando nos enfrentemos a una crisis.
    Este es el primer ejemplo de refunfuños y quejas de los israelitas. Su falta de fe en Dios es sorprendente. Sin embargo, ¿cuán a menudo nos vemos haciendo lo mismo? Quejándonos por las inconveniencias o las aflicciones del momento. Olvidándonos que el Señor nos ama, es poderoso, tiene el control, y nos va a sacar victoriosos de cualquier situación que estemos atravesando. Y, fundamentalmente, que siempre está con nosotros, por lo que no tenemos nada que temer.   
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia."  Isaías 41.10.   
"... ; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."  Mateo 28.20.
   Que el Señor nos ayude a mantener, en todo momento,  nuestra comunión con Él, teniendo la certeza de que nunca nos abandona. Para que la verdadera paz, la que Él nos da, sea una permanente realidad en nuestros corazones.   
 

 Texto bíblico:
 "Habló Jehová a Moisés, diciendo:
Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis junto al mar.
Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.
Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.
Y fue dado aviso al rey de Egipto, que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió contra el pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, para que no nos sirva?
Y unció su carro, y tomó consigo su pueblo;
y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos.
Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa.
Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón.
10 Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová.
11 Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?
12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.Éxodo 14.1-12